martes, abril 14, 2009

Una brida de plástico...






Algo tan simple como una brida de plástico y un poco de ingenio, te pueden sacar de un buen apuro. Siempre llevo algunas bridas en la mochila, nunca se sabe si las necesitarás, pero más de una vez me han resuelto algún problemilla que ha surgido en alguna ruta. Lo normal es que las uses para sujetar algún cable o dispositivo que quieras fijar al cuadro u horquilla de la bici, como un sensor de ciclo-computador, etc.


Pero yo me refiero a problemas mecánicos que te pillan a media ruta y que ya te ves volviendo caminando al coche o algo peor. Recuerdo varios casos curiosos, por ejemplo:


Hace unos años, en un viaje ciclo-turista con alforjas por la Península, haciendo la Ruta del Cid, desde Burgos hasta Valencia y con tan solo dos días de ruta, se me salió uno de los tornillos que sujetaban el portabultos a la bici, porque se pasó la rosca del agujero del cuadro y la alforjas se descolgaba hacia los radios de la rueda, no se podía dar pedales. Aunque metieras otra vez el tornillo, este no cogía rosca. La solución fue, poner una brida grande muy apretada que prensara, la varilla del portabultos a el tirante del cuadro justo por donde estaba el tornillo. Quedó tan bien sujeto, que aguantó no solo el resto del viaje, sino otro viaje al año siguiente y aún hoy esta igual.


Otra vez, en una ruta con Dani por el Norte de Tenerife y cuando nos faltaban unos 20 km para llegar a los coches, nos quedamos sin cámaras de repuesto, tras varios pinchazos y un llantazo de Dani. No teníamos nada para reparar, tan solo unas bridas. La solución fue aislar la parte de la cámara donde estaban los agujeros del resto de la cámara con una brida lo más apretada posible, para que no escapara el aire. Increíblemente, la rueda aguantó inflada hasta el final de la ruta.


Y este fin de semana pasado, tras bajar la tija del sillín para afrontar una zona técnica en un sendero con tria-leras, me pasé apretando el tornillo del cierre y se partió la pieza que rodea a la tija. Por mucho que busqué algo para poder sujetar la tija, no encontré la forma y ya me estaba haciendo a la idea de darme la vuelta y regresar dando pedales todo el rato de pie, cuando Miguele en un momento de lucidez sin precedente :), sacó una pequeña brida de plástico y la metió entre la tija y la pared del tubo del sillín, haciendo fuerzas conseguimos que entrara la tija y esta quedara tan ajustada que poniéndola a mi altura, la tija aguantara los 30 km de ruta sin apenas bajarse. ¡Increíble!, sin duda, pero algo tan simple como una brida de plástico, salvó la ruta del Domingo.


Al final va a ser verdad que Miguele todo lo arregla con una brida y un palillo, jajaja.

2 comentarios:

  1. si es que... es un fiera! :)

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  2. Si, es tan fiera, tan fiera...que se rasguña el solo y no con las uñas, juas, juas, juas!!

    Lo siento Miguele, es que Ángel, me lo pone a "wevo", jijiji

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